Reina Valera Gomez
Mateo
Chapter 4
                                                            Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
                                                    
                        
                    
                                                            Y después que hubo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
                                                    
                        
                    
                                                            Y vino a Él el tentador, y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
                                                    
                        
                    
                                                            Mas Él respondiendo dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
                                                    
                        
                    
                                                            Entonces el diablo le lleva a la santa ciudad, y le pone sobre el pináculo del templo,
                                                    
                        
                    
                                                            y le dice: Si eres el Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en [sus] manos te sostendrán para que no tropieces con tu pie en piedra.
                                                    
                        
                    
                                                            Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
                                                    
                        
                    
                                                            Otra vez el diablo le lleva a un monte muy alto, y le muestra todos los reinos del mundo, y la gloria de ellos,
                                                    
                        
                    
                                                            y le dice: Todo esto te daré, si postrado me adorares.
                                                    
                        
                    
                                                            Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, que escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo servirás.
                                                    
                        
                    
                                                            Entonces el diablo le dejó, y he aquí, ángeles vinieron y le servían.
                                                    
                        
                    
                                                            Y cuando Jesús oyó que Juan había sido encarcelado, se fue a Galilea;
                                                    
                        
                    
                                                            y dejando Nazaret, vino y habitó en Capernaúm, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y Neftalí;
                                                    
                        
                    
                                                            para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, que dijo:
                                                    
                        
                    
                                                            Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles;
                                                    
                        
                    
                                                            El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz: Y a los asentados en región y sombra de muerte: Luz les resplandeció.
                                                    
                        
                    
                                                            Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
                                                    
                        
                    
                                                            Y andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.
                                                    
                        
                    
                                                            Y les dijo: Venid en pos de mí, y yo os haré pescadores de hombres.
                                                    
                        
                    
                                                            Ellos entonces, dejando luego las redes, le siguieron.
                                                    
                        
                    
                                                            Y pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo [hijo] de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó.
                                                    
                        
                    
                                                            Y ellos, dejando luego la barca y a su padre, le siguieron.
                                                    
                        
                    
                                                            Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
                                                    
                        
                    
                                                            Y corría su fama por toda Siria. Y le traían a todos los enfermos que eran tomados de diversas enfermedades y tormentos; los endemoniados, los lunáticos y los paralíticos; y los sanaba.
                                                    
                        
                    
                                                            Y le seguían grandes multitudes de Galilea, [de] Decápolis, [de] Jerusalén, [de] Judea y [del] otro lado del Jordán.