Reina Valera Gomez
1 Corintios
Chapter 1
                                                            Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes,
                                                    
                        
                    
                                                            a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, con todos los que en todo lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, [Señor] de ellos y nuestro.
                                                    
                        
                    
                                                            Gracia y paz [sean] a vosotros, de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
                                                    
                        
                    
                                                            Doy gracias a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os es dada en Cristo Jesús;
                                                    
                        
                    
                                                            porque en todas las cosas sois enriquecidos en Él, en toda palabra y en toda ciencia;
                                                    
                        
                    
                                                            así como el testimonio de Cristo ha sido confirmado en vosotros:
                                                    
                        
                    
                                                            De manera que nada os falta en ningún don; esperando la venida de nuestro Señor Jesucristo;
                                                    
                        
                    
                                                            el cual también os confirmará hasta el fin, [para que seáis] irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.
                                                    
                        
                    
                                                            Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión de su Hijo Jesucristo nuestro Señor.
                                                    
                        
                    
                                                            Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos habléis una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
                                                    
                        
                    
                                                            Porque me ha sido dicho de vosotros, hermanos míos, por los que [son de la casa] de Cloé, que hay entre vosotros contiendas.
                                                    
                        
                    
                                                            Digo esto ahora, porque cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.
                                                    
                        
                    
                                                            ¿Está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?
                                                    
                        
                    
                                                            Doy gracias a Dios que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo,
                                                    
                        
                    
                                                            para que ninguno diga que yo he bautizado en mi nombre.
                                                    
                        
                    
                                                            Y también bauticé a la familia de Estéfanas; mas no sé si he bautizado algún otro.
                                                    
                        
                    
                                                            Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.
                                                    
                        
                    
                                                            Porque la predicación de la cruz es locura a los que se pierden; pero a nosotros los salvos, es poder de Dios.
                                                    
                        
                    
                                                            Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé la inteligencia de los entendidos.
                                                    
                        
                    
                                                            ¿Dónde [está] el sabio? ¿Dónde [está] el escriba? ¿Dónde [está] el disputador de este mundo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
                                                    
                        
                    
                                                            Y ya que en la sabiduría de Dios, el mundo por sabiduría no conoció a Dios; agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
                                                    
                        
                    
                                                            Porque los judíos piden señal, y los griegos buscan sabiduría;
                                                    
                        
                    
                                                            pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los griegos locura;
                                                    
                        
                    
                                                            mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.
                                                    
                        
                    
                                                            Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
                                                    
                        
                    
                                                            Pues mirad, hermanos, vuestro llamamiento, que no muchos sabios según la carne, no muchos poderosos, no muchos nobles [son llamados.]
                                                    
                        
                    
                                                            Antes lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;
                                                    
                        
                    
                                                            y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es;
                                                    
                        
                    
                                                            para que ninguna carne se jacte en su presencia.
                                                    
                        
                    
                                                            Mas de Él sois vosotros en Cristo Jesús, el cual de Dios nos es hecho sabiduría, justificación, santificación, y redención;
                                                    
                        
                    
                                                            para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.