Reina Valera Gomez
Génesis
Chapter 3
                                                            Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
                                                    
                        
                    
                                                            Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;
                                                    
                        
                    
                                                            pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.
                                                    
                        
                    
                                                            Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
                                                    
                        
                    
                                                            mas sabe Dios que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses sabiendo el bien y el mal.
                                                    
                        
                    
                                                            Y vio la mujer que el árbol [era] bueno para comer, y que [era] agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
                                                    
                        
                    
                                                            Y fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que [estaban] desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.
                                                    
                        
                    
                                                            Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto al aire del día; y Adán y su esposa se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.
                                                    
                        
                    
                                                            Y llamó Jehová Dios a Adán, y le dijo: ¿Dónde [estás] tú?
                                                    
                        
                    
                                                            Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque [estaba] desnudo; y me escondí.
                                                    
                        
                    
                                                            Y le dijo [Dios]: ¿Quién te enseñó que [estabas] desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?
                                                    
                        
                    
                                                            Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.
                                                    
                        
                    
                                                            Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.
                                                    
                        
                    
                                                            Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita [serás] entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida:
                                                    
                        
                    
                                                            Y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
                                                    
                        
                    
                                                            A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera tus dolores y tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo [será] para tu marido, y él señoreará sobre ti.
                                                    
                        
                    
                                                            Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu esposa, y comiste del árbol de que te mandé, diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida;
                                                    
                        
                    
                                                            espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.
                                                    
                        
                    
                                                            Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra; porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
                                                    
                        
                    
                                                            Y llamó Adán el nombre de su esposa, Eva; por cuanto ella era madre de todos los vivientes.
                                                    
                        
                    
                                                            Y Jehová Dios hizo al hombre y a su esposa túnicas de pieles, y los vistió.
                                                    
                        
                    
                                                            Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de Nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre:
                                                    
                        
                    
                                                            Y lo sacó Jehová del huerto de Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.
                                                    
                        
                    
                                                            Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados para guardar el camino del árbol de la vida.