Reina Valera Gomez
Salmos
Chapter 90
                                                            <<Oración de Moisés varón de Dios>> Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación.
                                                    
                        
                    
                                                            Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo; Desde la eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios.
                                                    
                        
                    
                                                            Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, y dices: Convertíos, hijos de los hombres.
                                                    
                        
                    
                                                            Porque mil años delante de tus ojos, son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la noche.
                                                    
                        
                    
                                                            Los haces pasar como avenida de aguas; son como un sueño; como la hierba que crece en la mañana.
                                                    
                        
                    
                                                            En la mañana florece y crece; a la tarde es cortada, y se seca.
                                                    
                        
                    
                                                            Porque con tu furor somos consumidos, y con tu ira somos turbados.
                                                    
                        
                    
                                                            Pusiste nuestras maldades delante de ti, nuestros pecados [secretos] a la luz de tu rostro.
                                                    
                        
                    
                                                            Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; acabamos nuestros años como un pensamiento.
                                                    
                        
                    
                                                            Los días de nuestra edad son setenta años; y en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo; porque es cortado presto, y volamos.
                                                    
                        
                    
                                                            ¿Quién conoce el poder de tu ira, y tu indignación según que debes ser temido?
                                                    
                        
                    
                                                            Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.
                                                    
                        
                    
                                                            Vuélvete, oh Jehová: ¿hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos.
                                                    
                        
                    
                                                            De mañana sácianos de tu misericordia; y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.
                                                    
                        
                    
                                                            Alégranos conforme a los días que nos afligiste, y los años que vimos el mal.
                                                    
                        
                    
                                                            Aparezca en tus siervos tu obra, y tu gloria sobre sus hijos.
                                                    
                        
                    
                                                            Sea la hermosura de Jehová nuestro Dios sobre nosotros; y confirma sobre nosotros la obra de nuestras manos, sí, la obra de nuestras manos confirma.