Reina Valera Gomez
Deuteronomio
Chapter 21
                                                            Y si en la tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas, fuere hallado alguien muerto echado en el campo, y no se supiere quién lo hirió,
                                                    
                        
                    
                                                            entonces tus ancianos y tus jueces saldrán y medirán hasta las ciudades que están alrededor del muerto:
                                                    
                        
                    
                                                            Y será, que los ancianos de aquella ciudad, de la ciudad más cercana al muerto, tomarán de la vacada una becerra que no haya servido, que no haya traído yugo;
                                                    
                        
                    
                                                            y los ancianos de aquella ciudad traerán la becerra a un valle áspero, que nunca haya sido arado ni sembrado, y cortarán el pescuezo a la becerra allí en el valle.
                                                    
                        
                    
                                                            Entonces vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos escogió Jehová tu Dios para que le sirvan, y para bendecir en nombre de Jehová; y por el dicho de ellos se determinará todo pleito y toda llaga.
                                                    
                        
                    
                                                            Y todos los ancianos de aquella ciudad más cercana al muerto lavarán sus manos sobre la becerra degollada en el valle.
                                                    
                        
                    
                                                            Y protestarán, y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo vieron.
                                                    
                        
                    
                                                            Sé misericordioso, oh Jehová, para con tu pueblo Israel, al cual tú redimiste; y no imputes la sangre inocente derramada en medio de tu pueblo Israel. Y la sangre les será perdonada.
                                                    
                        
                    
                                                            Y tú quitarás la culpa de sangre inocente de en medio de ti, cuando hicieres lo que es recto en los ojos de Jehová.
                                                    
                        
                    
                                                            Cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, y Jehová tu Dios los entregare en tu mano, y tomares de ellos cautivos,
                                                    
                        
                    
                                                            y vieres entre los cautivos alguna mujer hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti por esposa,
                                                    
                        
                    
                                                            la meterás en tu casa; y ella raerá su cabeza, y cortará sus uñas,
                                                    
                        
                    
                                                            y se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa: y llorará a su padre y a su madre el tiempo de un mes: y después entrarás a ella, y tu serás su marido, y ella tu esposa.
                                                    
                        
                    
                                                            Y si ella no te agradare, entonces la dejarás en libertad; no la venderás por dinero, ni mercadearás con ella, por cuanto la humillaste.
                                                    
                        
                    
                                                            Y si un hombre tuviere dos esposas, una amada, y la otra, aborrecida, y la amada y la aborrecida le dieren hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida;
                                                    
                        
                    
                                                            será que, el día que hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la amada en preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito;
                                                    
                        
                    
                                                            Mas al hijo de la aborrecida reconocerá por primogénito, para darle una porción doble de todo lo que tiene; porque él [es] el principio de su vigor, suyo [es] el derecho de la primogenitura.
                                                    
                        
                    
                                                            Cuando alguno tuviere hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndolo castigado, no les obedeciere;
                                                    
                        
                    
                                                            entonces su padre y su madre lo tomarán, y lo sacarán a los ancianos de su ciudad, y a la puerta de su ciudad;
                                                    
                        
                    
                                                            y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho.
                                                    
                        
                    
                                                            Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán con piedras, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti; y todo Israel oirá, y temerá.
                                                    
                        
                    
                                                            Y si alguno hubiere cometido algún pecado digno de muerte, por el que haya de morir, y le habrás colgado de un madero,
                                                    
                        
                    
                                                            no dejarás su cuerpo toda la noche en el madero, mas sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra, que Jehová tu Dios te da por heredad.