Dar gloria a Dios es un componente clave de nuestra vida de fe. Él es nuestro Creador, Salvador, Rey y Dios, y es digno de nuestra alabanza, adoración y alabanza.
Cuando alabamos a Dios le estamos dando honor al ser más grande que existe; el que creó y sostiene todo lo que hay; el que nos da la vida, nos ama y nos cuida profundamente, y con quien pasaremos la eternidad.
Peter Amsterdam
Práctica
Día 7
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Salmo 69:30
Alabaré el nombre de Dios con cántico; Lo magnificaré con acción de gracias.
Salmo 35:27–28
Que los que se deleitan en mi justicia griten de júbilo y se alegren y digan siempre: "¡Grande es el SEÑOR, que se deleita en el bienestar de su siervo!" Entonces mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día.
Salmo 95:1–7
Venid, cantemos al SEÑOR; ¡aclamemos con júbilo a la roca de nuestra salvación! Acerquémonos a su presencia con acción de gracias; ¡hagámosle un ruido de júbilo con cánticos de alabanza! Porque Jehová es Dios grande, y Rey grande sobre todos los dioses. En su mano están las profundidades de la tierra; las alturas de los montes son suyas también. Suyo es el mar, porque él lo hizo, y sus manos formaron la tierra seca. Oh, venid, adoremos e inclinémonos; ¡arrodillémonos ante el SEÑOR, nuestro Hacedor! Porque él es nuestro Dios, y nosotros somos el pueblo de su prado, y las ovejas de su mano.
Salmo 79:13
Nosotros, tu pueblo, las ovejas de tu prado, te daremos gracias por siempre; De generación en generación contaremos tu alabanza.
Salmo 67:3–4
Que los pueblos te alaben, oh Dios; ¡Que todos los pueblos te alaben! Que las naciones se alegren y canten con júbilo, porque tú juzgas a los pueblos con equidad y guías a las naciones sobre la tierra.
Salmo 105:1–3
Oh, dad gracias al SEÑOR; invocad su nombre; ¡Dad a conocer sus obras entre los pueblos! Cantadle, cantadle alabanzas; hablar de todas sus obras maravillosas! Gloria en su santo nombre; ¡Alégrese el corazón de los que buscan al SEÑOR!
Salmo 52:8–9
Confío en el amor inquebrantable de Dios por los siglos de los siglos. Te lo agradeceré por siempre.
Salmo 118:1
Oh, dad gracias al SEÑOR, porque él es bueno; ¡porque su misericordia es para siempre!
Salmo 138:2
Me inclino hacia tu santo templo y doy gracias a tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad, porque has exaltado sobre todas las cosas tu nombre y tu palabra.
Salmo 71:8
Llena está mi boca de tu alabanza, y de tu gloria todo el día.
Salmo 34:1
Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca.
Salmo 115:1
¡No a nosotros, oh SEÑOR, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria, por tu misericordia y tu fidelidad!