Reina Valera Gomez
Job
Chapter 1
                                                            Hubo un varón en tierra de Uz, que se llamaba Job; y este hombre [era] perfecto y recto, y temeroso de Dios y apartado del mal.
                                                    
                        
                    
                                                            Y le nacieron siete hijos y tres hijas.
                                                    
                        
                    
                                                            Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y este varón era el más grande de todos los orientales.
                                                    
                        
                    
                                                            E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas, para que comiesen y bebiesen con ellos.
                                                    
                        
                    
                                                            Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado a Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.
                                                    
                        
                    
                                                            Y un día vinieron los hijos de Dios a presentarse delante de Jehová, entre los cuales vino también Satanás.
                                                    
                        
                    
                                                            Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Y respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella.
                                                    
                        
                    
                                                            Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios, y apartado de mal?
                                                    
                        
                    
                                                            Y respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Teme Job a Dios de balde?
                                                    
                        
                    
                                                            ¿No le has tú cercado a él, y a su casa, y a todo lo que tiene en derredor? El trabajo de sus manos has bendecido, y su hacienda ha crecido sobre la tierra.
                                                    
                        
                    
                                                            Mas extiende ahora tu mano, y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu rostro.
                                                    
                        
                    
                                                            Y dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.
                                                    
                        
                    
                                                            Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito,
                                                    
                        
                    
                                                            y vino un mensajero a Job, y le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos,
                                                    
                        
                    
                                                            y acometieron los sabeos y los tomaron, y mataron a los criados a filo de espada; solamente escapé yo para traerte la noticia.
                                                    
                        
                    
                                                            Aún estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y los criados, y los consumió; y solamente escapé yo para traerte la noticia.
                                                    
                        
                    
                                                            Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y dieron sobre los camellos, y los tomaron, y mataron a los criados a filo de espada; y solamente escapé yo para traerte la noticia.
                                                    
                        
                    
                                                            Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito;
                                                    
                        
                    
                                                            y he aquí un gran viento que vino del lado del desierto, y azotó las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para traerte la noticia.
                                                    
                        
                    
                                                            Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y cayendo en tierra adoró;
                                                    
                        
                    
                                                            y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.
                                                    
                        
                    
                                                            En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.