Reina Valera Gomez
Job
Chapter 17
                                                            Mi aliento está corrompido, mis días se extinguen, y me está aparejado el sepulcro.
                                                    
                        
                    
                                                            No hay conmigo sino escarnecedores, en cuya amargura se detienen mis ojos.
                                                    
                        
                    
                                                            Determina ahora, dame fianza para contigo: ¿Quién es aquél que querría ser mi fiador?
                                                    
                        
                    
                                                            Porque has escondido de su corazón la inteligencia; por tanto, no los exaltarás.
                                                    
                        
                    
                                                            El que habla lisonjas a sus amigos, aun los ojos de sus hijos desfallecerán.
                                                    
                        
                    
                                                            Él me ha puesto por refrán de pueblos, y delante de ellos he sido como tamboril.
                                                    
                        
                    
                                                            Y mis ojos se oscurecieron por causa del dolor, y mis pensamientos todos son como sombra.
                                                    
                        
                    
                                                            Los rectos se maravillarán de esto, y el inocente se levantará contra el hipócrita.
                                                    
                        
                    
                                                            No obstante, proseguirá el justo su camino, y el limpio de manos aumentará la fuerza.
                                                    
                        
                    
                                                            Mas volved todos vosotros, y venid ahora, pues no hallo sabio entre vosotros.
                                                    
                        
                    
                                                            Pasaron mis días, fueron deshechos mis planes, los designios de mi corazón.
                                                    
                        
                    
                                                            Pusieron la noche por día, y la luz se acorta delante de las tinieblas.
                                                    
                        
                    
                                                            Si yo espero, el sepulcro es mi casa: Haré mi cama en las tinieblas.
                                                    
                        
                    
                                                            A la corrupción he dicho: Mi padre eres tú; a los gusanos: Mi madre y mi hermana.
                                                    
                        
                    
                                                            ¿Dónde está ahora mi esperanza? Y mi esperanza ¿quién la verá?
                                                    
                        
                    
                                                            A la profundidad de la fosa descenderán, y juntamente descansarán en el polvo.