Reina Valera Gomez
Salmos
Chapter 18
                                                            <<Al Músico principal: Salmo de David, siervo de Jehová, el cual dijo a Jehová las palabras de este cántico el día que le libró Jehová de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo:>> Te amaré, oh Jehová, fortaleza mía.
                                                    
                        
                    
                                                            Jehová es mi Roca, mi castillo y mi libertador; mi Dios, mi fortaleza, en Él confiaré; mi escudo, el cuerno de mi salvación, y mi refugio.
                                                    
                        
                    
                                                            Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos.
                                                    
                        
                    
                                                            Me rodearon los dolores de la muerte, y torrentes de hombres perversos me atemorizaron.
                                                    
                        
                    
                                                            Dolores del infierno me rodearon, me previnieron lazos de muerte.
                                                    
                        
                    
                                                            En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios: Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de Él, a sus oídos.
                                                    
                        
                    
                                                            La tierra se estremeció y tembló; se conmovieron los cimientos de los montes, y se estremecieron, porque se indignó Él.
                                                    
                        
                    
                                                            Humo subió de su nariz, y de su boca fuego consumidor; carbones fueron por Él encendidos.
                                                    
                        
                    
                                                            Inclinó los cielos, y descendió; y densa oscuridad había debajo de sus pies.
                                                    
                        
                    
                                                            Y cabalgó sobre un querubín, y voló: Voló sobre las alas del viento.
                                                    
                        
                    
                                                            Hizo de las tinieblas su escondedero, su pabellón en derredor de sí; oscuridad de aguas, nubes de los cielos.
                                                    
                        
                    
                                                            Por el resplandor de su presencia, sus nubes pasaron; granizo y carbones ardientes.
                                                    
                        
                    
                                                            Y tronó en los cielos Jehová, y el Altísimo dio su voz; granizo y carbones encendidos.
                                                    
                        
                    
                                                            Envió sus saetas, y los dispersó; lanzó relámpagos, y los destruyó.
                                                    
                        
                    
                                                            Entonces aparecieron los senderos de las aguas, y se descubrieron los cimientos del mundo, a tu reprensión, oh Jehová, por el soplo del aliento de tu nariz.
                                                    
                        
                    
                                                            Envió desde lo alto; me tomó, me sacó de las muchas aguas.
                                                    
                        
                    
                                                            Me libró de mi poderoso enemigo, y de los que me aborrecían, pues ellos eran más fuertes que yo.
                                                    
                        
                    
                                                            Me asaltaron en el día de mi quebranto; pero Jehová fue mi apoyo.
                                                    
                        
                    
                                                            Él me sacó a lugar espacioso; me libró, porque se agradó de mí.
                                                    
                        
                    
                                                            Jehová me pagó conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.
                                                    
                        
                    
                                                            Porque yo he guardado los caminos de Jehová, y no me aparté impíamente de mi Dios.
                                                    
                        
                    
                                                            Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí, y no eché de mí sus estatutos.
                                                    
                        
                    
                                                            Y fui íntegro para con Él, y me guardé de mi maldad.
                                                    
                        
                    
                                                            Por tanto Jehová me pagó conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos delante de sus ojos.
                                                    
                        
                    
                                                            Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, y recto para con el hombre íntegro.
                                                    
                        
                    
                                                            Limpio te mostrarás para con el limpio, y severo serás para con el perverso.
                                                    
                        
                    
                                                            Y tú salvarás al pueblo afligido, y humillarás los ojos altivos.
                                                    
                        
                    
                                                            Tú, pues, encenderás mi lámpara: Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.
                                                    
                        
                    
                                                            Pues por ti he desbaratado ejércitos; y por mi Dios he saltado sobre muros.
                                                    
                        
                    
                                                            En cuanto a Dios, perfecto es su camino: La palabra de Jehová es acrisolada: Es escudo a todos los que en Él esperan.
                                                    
                        
                    
                                                            Porque ¿quién es Dios fuera de Jehová? ¿Y qué roca hay aparte de nuestro Dios?
                                                    
                        
                    
                                                            Dios es el que me ciñe de poder, y hace perfecto mi camino;
                                                    
                        
                    
                                                            quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas;
                                                    
                        
                    
                                                            Él adiestra mis manos para la batalla, y el arco de bronce será quebrado por mis brazos.
                                                    
                        
                    
                                                            Me diste asimismo el escudo de tu salvación, y tu diestra me sustentó, y tu benignidad me ha engrandecido.
                                                    
                        
                    
                                                            Ensanchaste mis pasos debajo de mí, para que mis pies no resbalasen.
                                                    
                        
                    
                                                            Perseguí a mis enemigos, y los alcancé, y no volví hasta acabarlos.
                                                    
                        
                    
                                                            Los herí, de modo que no pudieron levantarse; cayeron debajo de mis pies.
                                                    
                        
                    
                                                            Pues me ceñiste de fuerza para la pelea; has sometido bajo mis pies a los que se levantaron contra mí.
                                                    
                        
                    
                                                            Y me has dado la cerviz de mis enemigos, para que yo destruya a los que me aborrecen.
                                                    
                        
                    
                                                            Clamaron, y no hubo quien salvase; aun a Jehová, mas Él no les respondió.
                                                    
                        
                    
                                                            Y los molí como polvo delante del viento; los eché fuera como lodo de las calles.
                                                    
                        
                    
                                                            Me libraste de las contiendas del pueblo; me pusiste por cabeza de gentes; pueblo que yo no conocía, me servirá.
                                                    
                        
                    
                                                            Así que hubieren oído de mí, me obedecerán; los hijos de extraños se someterán a mí;
                                                    
                        
                    
                                                            Los extraños se debilitarán, saldrán temblando de sus escondrijos.
                                                    
                        
                    
                                                            Viva Jehová, y bendita sea mi Roca; y enaltecido sea el Dios de mi salvación:
                                                    
                        
                    
                                                            Es Dios quién por mí cobra venganza, y sujeta pueblos debajo de mí.
                                                    
                        
                    
                                                            El que me libra de mis enemigos: Tú me enalteciste sobre los que se levantan contra mí; me has librado del hombre violento.
                                                    
                        
                    
                                                            Por tanto yo te confesaré entre las gentes, oh Jehová, y cantaré salmos a tu nombre.
                                                    
                        
                    
                                                            Grandes triunfos da a su rey, y hace misericordia a su ungido, a David y a su simiente, para siempre.