Reina Valera Gomez
Salmos
Chapter 2
                                                            ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan vanidad?
                                                    
                        
                    
                                                            Se levantan los reyes de la tierra, y los príncipes consultan unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
                                                    
                        
                    
                                                            Rompamos sus coyundas, y echemos de nosotros sus cuerdas.
                                                    
                        
                    
                                                            El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos.
                                                    
                        
                    
                                                            Entonces hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira.
                                                    
                        
                    
                                                            Mas yo he puesto mi rey sobre Sión, mi santo monte.
                                                    
                        
                    
                                                            Yo publicaré el decreto: Jehová me ha dicho: Mi Hijo eres tú; yo te engendré hoy.
                                                    
                        
                    
                                                            Pídeme, y te daré por heredad las naciones, y por posesión tuya los confines de la tierra.
                                                    
                        
                    
                                                            Los quebrantarás con vara de hierro; como vaso de alfarero los desmenuzarás.
                                                    
                        
                    
                                                            Y ahora, reyes, entended: Admitid corrección, jueces de la tierra.
                                                    
                        
                    
                                                            Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor.
                                                    
                        
                    
                                                            Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere un poco su furor. Bienaventurados todos los que en Él confían.