Reina Valera Gomez
Salmos
Chapter 32
                                                            <<Salmo de David: Masquil>> Bienaventurado aquel cuya iniquidad ha sido perdonada, y cubierto su pecado.
                                                    
                        
                    
                                                            Bienaventurado el hombre a quien Jehová no imputa iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño.
                                                    
                        
                    
                                                            Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día.
                                                    
                        
                    
                                                            Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; mi verdor se volvió en sequedades de estío. (Selah)
                                                    
                        
                    
                                                            Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Selah)
                                                    
                        
                    
                                                            Por esto orará a ti todo santo en el tiempo de poder hallarte: Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.
                                                    
                        
                    
                                                            Tú eres mi refugio; me guardarás de angustia: Con cánticos de liberación me rodearás. (Selah)
                                                    
                        
                    
                                                            Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar: Sobre ti fijaré mis ojos.
                                                    
                        
                    
                                                            No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento: Cuya boca ha de ser sujetada con cabestro y con freno, para que no lleguen a ti.
                                                    
                        
                    
                                                            Muchos dolores [habrá] para el impío; mas al que confía en Jehová, le rodeará misericordia.
                                                    
                        
                    
                                                            Alegraos en Jehová, y gozaos, justos; dad voces de júbilo todos vosotros los rectos de corazón.