Reina Valera Gomez
Salmos
Chapter 55
                                                            <<Al Músico principal: en Neginot: Masquil de David>> Escucha, oh Dios, mi oración, y no te escondas de mi súplica.
                                                    
                        
                    
                                                            Está atento, y respóndeme; clamo en mi oración, y levanto el grito,
                                                    
                        
                    
                                                            a causa de la voz del enemigo, por la opresión del impío; porque iniquidad echaron sobre mí, y con furor me aborrecen.
                                                    
                        
                    
                                                            Mi corazón está dolorido dentro de mí, y terrores de muerte sobre mí han caído.
                                                    
                        
                    
                                                            Temor y temblor vinieron sobre mí, y terror me ha cubierto.
                                                    
                        
                    
                                                            Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría.
                                                    
                        
                    
                                                            Ciertamente huiría lejos: Moraría en el desierto. (Selah)
                                                    
                        
                    
                                                            Me apresuraría a escapar del viento tempestuoso, de la tempestad.
                                                    
                        
                    
                                                            Deshace, oh Señor, divide la lengua de ellos; porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.
                                                    
                        
                    
                                                            Día y noche la rodean sobre sus muros; e iniquidad y trabajo hay en medio de ella.
                                                    
                        
                    
                                                            Agravios hay en medio de ella, y el fraude y engaño no se apartan de sus plazas.
                                                    
                        
                    
                                                            Porque no me afrentó un enemigo, lo cual habría soportado; ni se alzó contra mí el que me aborrecía, porque me hubiera ocultado de él:
                                                    
                        
                    
                                                            Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, mi guía, y mi familiar;
                                                    
                        
                    
                                                            que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, y a la casa de Dios andábamos en compañía.
                                                    
                        
                    
                                                            Que la muerte los sorprenda; desciendan vivos al infierno; porque maldad hay en sus moradas, en medio ellos.
                                                    
                        
                    
                                                            En cuanto a mí, a Dios clamaré; y Jehová me salvará.
                                                    
                        
                    
                                                            Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré; y Él oirá mi voz.
                                                    
                        
                    
                                                            Él ha rescatado en paz mi alma de la guerra contra mí; aunque había muchos contra mí.
                                                    
                        
                    
                                                            Dios oirá, y los quebrantará luego, Él, que desde la antigüedad permanece (Selah); Por cuanto no cambian, ni temen a Dios.
                                                    
                        
                    
                                                            Extendió el inicuo sus manos contra los que estaban en paz con él: Violó su pacto.
                                                    
                        
                    
                                                            Las palabras de su boca fueron más blandas que mantequilla, pero guerra había en su corazón: Suavizó sus palabras más que el aceite, mas ellas fueron espadas desenvainadas.
                                                    
                        
                    
                                                            Echa sobre Jehová tu carga, y Él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo.
                                                    
                        
                    
                                                            Mas tú, oh Dios, los harás descender al pozo de la destrucción: Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días: Pero yo confiaré en ti.