Reina Valera Gomez
Salmos
Chapter 77
                                                            <<Al Músico principal: para Jedutún: Salmo de Asaf>> Con mi voz clamé a Dios, a Dios clamé, y Él me escuchó.
                                                    
                        
                    
                                                            Al Señor busqué en el día de mi angustia; mi mal corría de noche y no cesaba; mi alma rehusó el consuelo.
                                                    
                        
                    
                                                            Me acordaba de Dios, y me turbaba; me quejaba, y desmayaba mi espíritu. (Selah)
                                                    
                        
                    
                                                            Detenías los párpados de mis ojos: Estaba yo quebrantado, y no hablaba.
                                                    
                        
                    
                                                            Consideraba los días desde el principio, los años de los siglos.
                                                    
                        
                    
                                                            Me acordaba de mis canciones de noche; meditaba con mi corazón, y mi espíritu inquiría.
                                                    
                        
                    
                                                            ¿Desechará el Señor para siempre, y no volverá más a sernos propicio?
                                                    
                        
                    
                                                            ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado perpetuamente su promesa?
                                                    
                        
                    
                                                            ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades? (Selah)
                                                    
                        
                    
                                                            Y dije: Enfermedad mía es ésta; traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo.
                                                    
                        
                    
                                                            Me acordaré de las obras de Jehová; sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas.
                                                    
                        
                    
                                                            Y meditaré en todas tus obras, y hablaré de tus hechos.
                                                    
                        
                    
                                                            Oh Dios, en santidad es tu camino: ¿Qué Dios grande como el Dios nuestro?
                                                    
                        
                    
                                                            Tú eres el Dios que hace maravillas; hiciste notorio en los pueblos tu poder.
                                                    
                        
                    
                                                            Con tu brazo redimiste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José. (Selah)
                                                    
                        
                    
                                                            Te vieron las aguas, oh Dios; te vieron las aguas, y temieron; y temblaron los abismos.
                                                    
                        
                    
                                                            Las nubes echaron inundaciones de aguas; tronaron los cielos, y discurrieron tus rayos.
                                                    
                        
                    
                                                            Anduvo en derredor el sonido de tus truenos; los relámpagos alumbraron el mundo; se estremeció y tembló la tierra.
                                                    
                        
                    
                                                            En el mar fue tu camino, y tus sendas en las muchas aguas; y tus pisadas no fueron conocidas.
                                                    
                        
                    
                                                            Condujiste a tu pueblo como ovejas, por mano de Moisés y de Aarón.