Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero.

Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros.

Yo amo a los que me aman; y me hallan los que temprano me buscan.

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Yo sé a quien he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.

Por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra criatura nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Así también vosotros mis hermanos, sois muertos a la ley por el cuerpo de Cristo; para que seáis de otro, de aquel que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.

Respondió Jesús y le dijo: Si alguno me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.

El principio de la sabiduría es el temor de Jehová.

¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la Roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.